martes, 9 de marzo de 2010

¡Yo Quería Estar Ahí!

Por Tania Tripp
Sentada en el escritorio del profesor, con una mano en el mouse para pasar el SAPPA y la otra jugueteando con un cafecito instantáneo de Nescafé. Así es como Alma Karla Sandoval, poeta, periodista y profesora mexicana, les da la bienvenida a su grupo de estudiantes de periodismo, que están a punto de entrevistarla. Con una confianza familiar, Karla brinda una entrada a su mundo y a su vida; de tal forma que sus estudiantes, no sólo practiquen las técnicas periodísticas, sino también conozcan un poco más a fondo la verdadera esencia de una magnifica humanista.
“Un decir es un hacer, dice Octavio Paz” así es como comenzó la fluida entrevista, en que estudiantes y profesora conversaron acerca del lenguaje, la poesía y el viejo vejestorio. Para conocer un poco más sobre el amor a letra, a la palabra que tiene Alma Karla; no quedó más remedio, pero que preguntarle. Tomando un sorbo de café, y moviendo los brazos como en posición de arranque, la entrevistada sonríe un poco y empieza a compartir su vida y pensamientos con extrema elegancia y sabiduría.
-¿Crees que la palabra es factor de cambio?
Las palabras son actos, son consunciones y consumaciones y pesan tanto como los hechos; al menos para alguien que está comprometido con el lenguaje, como yo. Si no hubiera sido de la palabra, quién sabe qué hubiera sido de Sócrates (que nunca escribió nada) de Jesucristo, y de los más grandes líderes. No sólo cambia, no sólo transforma, sino también aquieta. La palabra tiene un poder, creo todavía incompresible. Foucault escribe que el lenguaje también se ha utilizado como instrumento de control y de dominio; es como todos los poderes y todas las cosas dependiendo de la intención en que las uses. El hablar es lo que cura; es un poder reivindicatorio. Cito a Frost “para no morir darse cuenta de que no había vivido”. Vida en la palabra.
“Quién dijo que no se puede mezclar la realidad con la ficción y con la literatura.” Rápidamente la conversación se desvía al debate de lo que representa esta artista. Poeta y Periodista, lo que pareciera una bella controversia, entre realidad y ficción; pero que en realidad conforma una fusión perfecta de creación. He aquí una de las pasiones de la entrevistada. Se agita un poco y empieza a mover los brazos, juguetear con los papeles que tiene en frente y hablar un tanto más rápido.
-Tú que trabajas en el periódico pero también escribes, ¿qué prefieres hablar de lo real o de los cuentos?
-Las dos cosas. Los escritores que provienen del universo del periodista, los escritores que se han formado en las salas de redacción, son una extraña raza de autores que es invencible; es invencible porque tienen en una mano el peso del mundo con su realidad amarga, y por otra también las alas de la ficción. Poder mezclar las dos cosas, me parece es quizá la fórmula para conseguir una obra inolvidable. Nombro ejemplos de Ganadores del premio nobel, que forman parte de esta extraña raza de escritores: Hemmingway, Herta Muller, Gabirel GarcÍa Márquez. Hay un matrimonio rico, portentoso entre la literatura y el periodismo; y son dos pasiones a las que difícilmente se puede renunciar.
“¿Qué dosis literaria es la que contiene el periodismo?” Repentinamente, la entrevistada se vuelve la entrevistadora. Se responde a sí misma “El estilo; no puedes cambiar los hechos, pero si puedes decirlos con elegancia, con pulcritud, con agilidad. Manejar la forma en que se escribe, con la sintaxis exquisita.“ Es como si no perdiera el toque de estar dando una cátedra; y de momento confunde, uno se pregunta ¿si la Alma Karla que está hablando, es la entrevistada o es la profesora? La inquietud de este hecho nace en uno de los estudiantes que busca distinguir que tantas máscaras propone esta literata. Sin embargo, sólo llega tener una respuesta clara y directa: no hay máscaras, Karla no es una persona diferente en el salón de clases a la que es con su familia. Dice: “soy maestra cuando estoy con mi herma, soy poeta y soy hermana cuando estoy dando clases.” Sin embargo, falta encontrar más acerca de la esencia de Karla; y así la entrevista se desvía en temas diversos, tratando de encontrar una entrada a la vida de esta escritora.
-¿Cómo ves la creación literaria en Morelos?
-Hablemos con la verdad, la creación literaria en Morelos no ha merecido el reconocimiento que merece. Es difícil que te de una opinión objetiva, pero lo intentaré. Ya que yo si he tenido ese reconocimiento. Cuando se habla de poetas morelenses, yo se que va mi nombre. Sin embargo, reconozco que hay otros autores a los cuales no se les ha dicho usted es bueno, usted debe estar acá. Creo que hacen falta talleres literarios, yo me siento culpable porque creo que es una labor de promoción y de coaching que no he hecho. Y esa labor es una meta que tengo a nivel profesional.
“Sí. No, no, la vida sin pasión para que la quieren.” Más tarde entra otro debate, acerca de la pasión, la entrega y la apatía. Nuevamente Karla se prende. Se mueve y se acelera, empieza a jugar con la silla y a filosofar acerca de cómo hay que aprender a navegar en los mares de la pasión. Así vuelve a su plan de cátedra, diciéndoles a sus espectadores, como hay que encontrar el balance entre la razón y la emoción. “Yo he bailado con el demonio, tan rico tantas veces; pero el ángel me fascina. Cuando de repente me canso de bailar con el demonio, ahí está el ángel.”
-Hablando sobre la pasión y el quiero estar ahí, ¿Cuándo fue este quiero estar ahí para Alma Karla?
-Siempre quise estar ahí; yo tenía 8 años, y se acuerdan el Tío Gamboin. todos los días mi mamá me ponía a ver las caricaturas después de hacer la tarea y siempre decían que la carta de no sé quién, y saludos y esto y aquello. De repente no me aguante y yo escribí mi carta al Tío Gamboin. Yo sola me lo guarde como un secreto oscuro y de repente pasa un mes, y me sienta mi mamá, y de repente que dice “Qué bonita carta de Alma Karla Sandoval.” Y mi mamá escuchó. Entonces creo que fue de las primeras veces, después en primaria, hay un concurso; y llegan a mi escuela y todos los niños escriben como una tarea. Escribí sobre lo que puedo hacer para ayudar a mi familia. Les gusta mucho el texto y represento a mi escuela y después a mi zona, y de los 11 que escogen, van con Miguel de la Madrid. ¡Yo quería estar ahí!
“Y esto se ha repetido toda la vida, y hasta ahora no ha habido nada que no haya podido llegar. Lo digo no con presunción lo digo con sorpresa, no he sabido cómo me he salido con la mía, aún no lo sé.” Sigue la entrevista, y Karla continúa con sus mismos juegos corporales, mueve las hojas, juega con su pelo, ve al aire, se muestra inquieta; pareciera como que se encuentra comiendo la vida todo el tiempo. La entrevista termina, y para una de sus entrevistadas lo único que sigue repitiéndose en su mente es esta idea: ¡Yo quiero estar ahí!

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