martes, 9 de marzo de 2010

“Azul es Vida”

Por Tania Tripp

Al momento de la verdadera contemplación, de la conexión mística, los distintos expertos han declarado haber visto una luz azul. Así concluye el poeta y profesor Afhit Hernández, a una pequeña entrevista, realizada por parte de un grupo de estudiantes del Tecnológico de Monterrey, Campus Cuernavaca. En menos de una hora, y con pocas preguntas lanzadas al aire, Afhit llega a cautivar al grupo de jóvenes; quienes se dejan llevar por el flujo de la conversación. Al final, no sorprende, que este Licenciado en Letras Hispanoamericanas logre llevar a sus espectadores a una reflexión sobre la contemplación, el valor de la poesía y a interesarse, tan siquiera un poco, en los secretos de la mística.
“Cuando las teorías se populizan, se degradan.” Afirma Afhit, cuando se hace un comentario generalizando a la mística. El poeta argumenta, que es común que en muchos ámbitos las ideas lleguen a popularizarse al grado de que pierden su verdadero sentido; por ende se cae en cuestiones, como decir que el sacrifico es una parte esencial del misticismo. “Todos se creen socialistas, pero ninguno ha leído a Marx; Todos se creen psicoanalistas, pero ninguno ha leído a Freud.”
-¿Qué es para usted la poesía mística?
La mística es una vena del ser humano. La mística es una vena del ser humano que debería investigarse desde un punto de vista etnológico, antropológico primero, psicológico después y literario por último. Lo místico es lo sagrado, la experiencia que vive un ser humano, y que a veces no puede expresar con claridad y que entonces se guarda para sí. Ahí es donde entra la literatura, que es aquella que recoge esa experiencia que vivió el ser humano.
“La belleza es también ese lugar, el que uno no puede pisar sin que uno sienta de algún lado, de alguna manera el riesgo de morir.” Tomando como referencia a Robert Bartra el poeta afirma que la belleza es como lo sagrado. Y que esto es lo que construye la base de la poesía misma. Es aquello que sobrepasa la cotidianidad y nos obliga a ir más allá.
-¿El misticismo es algo que se debe de vivir toda la vida?
Esto es algo que no tengo la autoridad de decir. Hay personas que lo han hecho, pero hay otras que sin ningún tipo de preparación, van caminando y les llega. Es una sensibilidad que llega y no necesariamente tengo que ser un místico para vivirlo.
“La belleza es objetiva.” Empieza un pequeño debate, cuando se habla sobre la belleza, como fin último de la poesía. Algunos argumentan su subjetividad, pero para Afhit esto no es posible. El habla sobre los posibles universales, y como uno de ellos es en sí la belleza. La belleza como lo sagrado, que es ya en sí, una necesidad ontológica del hombre. Lo que difiere entonces, es el gusto. “Unos pueden amar el Mio Cid, otros lo pueden odiar. Pero el gusto no es un argumento”. Este se refina, se educa, y a parte la belleza no puede ser una opinión.
-¿Cómo fue que te envolviste en el misticismo?
Esa era la pregunta que no quería que me hicieran. La verdad es que en un principio ni me interesaba, pero lo que paso es que conocí a un gran gurú. Estaba estudiando y llego a México uno de los santos más grandes de la India. Mis amigos querían ir; a mí me daba flojera pero al final fui. Al principio iba un poco forzado pero cuando me pare en frente de esta mujer pequeñita, yo, y me importa un cheto lo que digan, yo sentí algo, algo grande, tan grande que seguí escuchando campanitas por un buen rato. Después de eso me puse a investigar acerca de ello y sólo pensaba que había perdido mucho tiempo.
“La poesía mística es el vacio o más bien es el silencio del alma.” Para Afhit la mística parece ser o una renuncia o un exceso. Por ello da ejemplos, de místicos que han encontrado este más allá, o estado de contemplación a través de ambas vías. Una, la del sacrificio total, como algunos fanáticos cristianos, que inclusive se flagelan para encontrar esta unión, que el poeta describe como una fusión con el todo. Otros la encuentran a través del exceso de lógica, como Russel, quién llega al misticismo a través del cuestionamiento de la lógica. “Somos sabios pero tenemos que darnos cuenta.”
-¿No te causa cierta frustración que siendo poeta la palabra sea una limitación no poder decir lo que sentiste con palabras?
La palabra limita, limita siempre, porque el concepto es eso: una limitante. A los poetas les gusta decir que la palabra no alcanza, pero no es cierto. La poesía, la poesía es otra onda. La poesía no es lógica, no es discursiva, no es racional. Hay una poesía filosófica que narra una experiencia que es imposible de trasladar en el lenguaje común y cotidiano, que es la experiencia mística. Lo importante de la poesía es la forma de abordar.
La conversación cae en redundancia y en medio de un juego de asociación de palabras Afhit dice que el “azul es vida.”
-En su blog he observado que todo tiende hacia el color azul. ¿Por qué el azul?
Muchos de los grandes místicos dicen que al llegar a la contemplación han visto una luz o un punto azul. Santa Teresa en su libro de la vida dice, que una de sus oraciones, se oscureció su visión y lo que pudo ver fue una perla azul. Viene ligado a lo místico; lo que ves en medio de la oscuridad es una luz azul.
Finalmente, la luz azul es vida. Sin embargo, éste no parece ser la verdadera esencia de la mística. Afhit dice que la constante de la mística, yace en la pérdida de la noción de individualidad. “El yo no existe, te conviertes en Dios.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario