lunes, 9 de noviembre de 2009

El "trapo" como fuente de infecciones


En la esquina de mi casa hay una taquería bastante reconocida y recurrida; los alimentos son frescos, está limpio, cuentan con baños y atienden con calidez. Dos cuadras más abajo hay un puesto de tacos de lengua, en donde un señor va y pone su carrito todas las noches. Éste también tiene éxito; la diferencia con el primero, yace en el saborcito que brinda el “trapo”, el cual se utiliza para limpiar desde los cuchillos y los platos hasta la barra de la carreta.

La Secretaría de Salud calcula que en México cada año: ocurren cerca de unos 200 millones de episodios de diarrea por alimentos contaminados, cerca de 15 millones de ciudadanos entre los 20 y 50 años se ven afectados por la colitis, y que el 80% de la población se lava incorrectamente- o siquiera lo hace- las manos.

En el mero auge de la influenza se decía que el país era un “caldo de cultivo” perfecto para la propagación de epidemias. Lo cual no sorprende de manera alguna. Se puede decir que en general México es un país antihigiénico. Algunas ciudades –incluyendo a Cuernavaca- tienden a ser sucias; así pareciera que los letreros que advierten de no tirar basura, son más bien incentivos para convertirse en depósitos. Las personas escupen en las calles, juegan con sus mucosidades, tocan el dinero y después sus caras, no se desinfectan las manos y demás.

Mientras tanto, hay muchos restaurantes y puestos callejeros que no siguen las regulaciones de salubridad. La señora que vende sopes, todos los domingos por la satélite, solamente “llega, pone su comal y a vender”. No se preocupa si hay una llave de agua para enjuagarse las manos, o si el comal está limpio, toma el dinero con las manos y a su vez prepara la masa del sope. Con todo, siempre hay clientela frecuente; ya que por unos ricos antojitos, vale la pena enfermarse. Más aún, la gente suele creer que sus anticuerpos son lo suficientemente fuertes como para defenderla de todo mal.

Sin embargo, aunque parezca chistoso o poco importante la Venganza de Moctezuma -que no sólo afecta a los visitantes extranjeros- no se debe tomar a la ligera. Las enfermedades como la tifoidea (causada por alimentos contaminados) pueden llevar a la muerte, si no se tratan debidamente. También la falta de higiene contribuye a la expansión de epidemias, razón por la cual la influenza ha puesto tanto énfasis en el cuidado del aseo y malos hábitos. Así aunque sea común para todo mexicano, no resulta bueno conformarse con la poca limpieza, tanto personal, como de los lugares que se frecuentan.

No obstante, la gente si aprende. El presente año ha sido ejemplo de ello; las medidas de prevención de la influenza han tenido su impacto. Por ello las campañas de higiene deben continuar y acrecentarse. No debe permitir que la información “le entre por un oído y le salga por el otro” a la sociedad. Como dice el vals de Rodolfo Sciammarella “tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor”. Antes que las demás, está la salud; la higiene es parte de ello. Así que no importa verse ridículo, cargar con un alcohol de manos, no va a lastimar a nadie, es más puede salvarte de un “bicho estomacal”.

1 comentario:

  1. Mire, resultó con talento también para la columna. Este texto es bueno, muy claro, ágil y preciso.

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