lunes, 2 de noviembre de 2009

Promociones en Día de Muertos

Es realmente sorprendente cómo los mexicanos podemos celebrar a la muerte. Sólo observen lo que finales de octubre y noviembre traen consigo: comida, bebida, dulces, honores a los difuntos, reuniones familiares, turismo, música y demás. En pocas palabras es la pachanga del colorido humor mexicano.

Es una fiestesota en donde podemos encontrar desde calaveritas de azúcar, catrinas coquetas, “flores esponjadas” y “panes de temporada”, hasta promociones para "el retiro del alma". Si creen que es un chiste, consulten el periódico local del día 1 de noviembre; en éste se puede leer un anuncio de la funeraria “Bosques de la Vida Eterna de Morelos” que ofrece un servicio funerario desde $9,000.00 ¿Irónico? Tal vez, pero ello no es más que lo típico esperado de un día de muertos: la familiaridad total de la muerte, que hace que para los mexicanos ésta sea una amiga digna de respeto y burla simultánea.

Sin embargo, ésto no quita que el día también sea especial. Después de todo el “Día de Muertos” es uno de los ejemplos representantes del sincretismo cultural de México, entre lo prehispánico y lo castellano. Los creyentes esperan con devoción a sus “muertitos” y les preparan sus ofrendas con todo el amor del mundo. Así tanto iglesias, capillas y hogares se adornan con pequeños altares que muestran el respeto a los que han dejado su huella en los corazones de sus seres queridos y comunidades. Los cementerios también dejan su olor a flores frescas y panorama colorido.

No obstante la tradición, está evolucionando una vez más. Ahora se junta con el “Halloween Americano”; el cual llega con su típica mercadotecnia y manipulación consumista; pero también como buenos mexicanos le ponemos parte de nuestra sazón. Así es como los niños –con sus creativos disfraces- hostigan nuestras casas, pidiendo calaveritas por tres días seguidos.

Fuera del ritual de la preparación de la ofrenda y las oraciones, puede decirse que el resto no es más que una excusa para festejar; pero eso sí, una celebración que deja la panza llena y el corazón contento. Si quieren vivirlo por ustedes mismos, un "día de muertos" dense una vuelta por algún pueblo mexicano; y después de haber visitado a unas tres familias, puedo asegurar que ya habrán quedado completamente satisfechos. Aunque en el ánimo de parranda, ¿quién no tiene espacio para un tamalito y un tequilita extra?

1 comentario:

  1. Me encanta el tono de esta columna. Es un texto muy limpio, con fluidez y un tanto de humor.

    Qué bueno que haya escrito sobre este tema.

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